Veinticuatro planchuelas de acero que mediante la torsión, gesto simple que permite aprovechar el material en sus dos direcciones, conforman la unidad de trabajo. Esta unidad se repite dando como resultado la estructura total del mobiliario dividido en las piezas A, que dan soporte de apoyo, y las piezas B, siendo estas el cuerpo del banco. Su complejidad radica en el montaje, aún con un instructivo del paso a paso de su fabricación, se trabaja con un margen de error muy alto. El resultado es una pieza que parte de la insistencia de un único gesto, sin sumar otro elemento.