La forma de la lámpara predispone al movimiento. Una luminaria que puede girar para encontrar su lugar. El uso del papel como pantalla recuerda a las lámparas antiguas a su vez que desdibuja el límite de la luz volviéndola más pareja. Un rolado de chapa de acero de 3,2 mm conforma un círculo de 50 cm, sostiene una pieza de acrílico revestida en papel, su contrapeso oculto le proporciona su centro.